La diversidad en las empresas tiene un tremendo impacto en su competitividad: es un hecho que las empresas que adoptan e interiorizan la diversidad como prioridad estratégica son más creativas, eficientes e innovadoras… pero no sólo se trata de mejorar procesos, sino de poder fusionar múltiples perspectivas y cultivar la singularidad, lo que no es absoluto sencillo.
En mercados cada vez más accesibles, la internacionalización, la necesidad de dirigirse a clientes muy diversos en nuevos segmentos y fundamentalmente el impacto de las tecnologías generan nuevos desafíos a las empresas y para algunos de ellos la diversidad es la respuesta.
¿Qué es la diversidad y cómo es posible gestionarla en el ámbito de una empresa?
Como es posible imaginar, optar por conformar una organización “diversa” va mucho más allá de incorporar a empleados de una raza o género diferente al predominante en la empresa. Lo importante no es el color de la piel sino la perspectiva única que la cultura, experiencia o competencias de la persona aportan, y que la empresa debe aprender a integrar y poner en valor.
Esto, que resulta tan sencillo de decir, incrementa la complejidad a la hora de gestionar a equipos donde la diversidad predomina, en algunos casos complicando notablemente la toma de decisiones. El papel del líder es por tanto clave en cualquier proceso de diversidad y no es en absoluto una tarea baladí, ya que muchas veces inadvertidamente cargamos con prejuicios que afloran al tratar con diferentes perfiles de personas. Gestionar a un grupo diverso y de gente muy creativa es como intentar pastorear a un rebaño de gatos. En lugar de buscar los elementos que separan a las personas, el objetivo debe ser diseñar una organización que facilite encontrar los puntos comunes y las similitudes. Algunas ideas que nos pueden ayudar a gestionar mejor la diversidad y a explorar sus usos:
- Para los equipos de innovación, que se enfrentan a problemas complejos, crear grupos con diversos perfiles, experiencias e incluso conocimientos (no necesariamente relacionados directamente con el problema a resolver), lo que incidirá de forma importante tanto en la cantidad de soluciones ideadas como en su calidad.
- En las áreas directivas deberíamos también integrar perfiles diversos (no sólo en lo tocante a diversidad “visible”) capaces de identificar patrones nuevos, eliminar ideas preconcebidas sobre qué va a funcionar y qué no y eliminar esa “normalización de la desviación” que afecta a tantos consejos (consecuencia de asumir que algo que repite habitualmente, aunque esté mal, sea normal).
- Utilizar la diversidad como forma de explorar nuevos mercados, desechando estereotipos y viendo todas las facetas del cliente lo que nos permite focalizarnos en el autentico trabajo que necesita el cliente y no en nuestra percepción de él.
PD: Crédicos para Javier Mejías