En relación con el post anterior les cuento que a principios de año, Chicago acogió una convención de autoridades del ámbito empresarial, entre las que destacaban, para el asunto que nos ocupa, una eminencia en el sector de los negocios, inventor del marketing de guerrilla y autor de multitud de bibliografía sobre el tema (como podría ser el caso del libro: “Guerrilla Marketing for the New Millennium” como el más reciente).
Durante la cena de clausura tuvo lugar una interesante conversación sobre diferentes estrategias y políticas de empresa, ocasión en la cual este personaje no dudó en aprovechar para sintetizar las claves del marketing de guerrilla.
La persona a la cual me estoy refiriendo es: Jay Conrad Levinson
“Jay” define este conjunto de acciones comerciales como “conseguir metas profesionales, tales como beneficios, a través de métodos no convencionales, invirtiendo energía y trabajo en lugar de dinero”. A lo que podría agregarse pasión, creatividad, sorpresa y originalidad.
Los mercados globales se han convertido en el centro de atención de las grandes corporaciones, que aseguran su participación y cobertura a través costosas redes de distribución y promoción. Como consecuencia de ello (entre otras cuestiones), muchas pequeñas y medianas empresas se han quedado fuera de la jugada al buscar su lugar en el mercado, pero su ventaja competitiva radica en poner énfasis en la creatividad e imaginación por encima del presupuesto.
Ya en la definición de Levinson encontramos la principal ventaja del marketing de guerrilla: la inversión económica no es el punto fuerte. Por el contrario, el marketing de guerrilla acude a formas basadas en muchos menos recursos, en aprovechar lo que se tiene, por poco que sea, en acciones destinadas a conquistar nichos concretos.
Por otro lado es posible agregar que este tipo de acciones comerciales, la mayor parte de las veces creativas e impredecibles, son ideales para las nuevas (y no tan nuevas) empresas porque su enfoque de guerrilla es perfectamente sinérgico con la esencia de estas organizaciones, ya que nadie imagina a esa pequeña empresa contratando anuncios en un canal masivo y de gran audiencia.
El marketing de guerrilla suele producir mejores resultados del ROI y el mercado norteamericano está plagado de éxitos en la utilización del marketing de guerrilla. Uno de mis favoritos es el que llevó a cabo CharityCounts.com en el transcurso de unas fiestas navideñas en Manhattan.
Una mañana, una de las calles más comerciales de la ciudad amaneció poblada con 8.000 billeteras de dinero. Cuando los curiosos las recogían y abrían, sólo encontraban una tarjeta que les invitaba a abandonar la vorágine consumista de esos días y hacer un donativo en CharityCounts.com.
Potente impacto, gran notoriedad, una acción no esperada, recuerdo de marca garantizado, bajo presupuesto, notable ROI, excelentes resultados en la “decisión de compra” y decenas de conciencias reflexionando sobre la idiosincrasia consumista actual de unas fiestas religiosas en relación al impacto sobre los más necesitados.
Un ejemplo interesante de lo que puede ser el marketing de guerrilla, ¿no les parece?.....
miércoles, agosto 15, 2007
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1 comentario:
Muy buen aporte. Considero que el marketing de guerrilla es la mejor forma de publicitar hoy en día aprovechando su bajo costo y el gran impacto que esta clase de campaña tiene en los diferentes tipos de clientes.
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