Si bien los autores de esta nota tienen razón en muchas de sus afirmaciones en lo personal pienso que pueden sacarse las mismas , o mejores, conclusiones analizando ejemplos de películas menos conflictivas o reñidas con comportamientos éticos...
Motivación, estudio
de mercado, plan de negocios y marca son sólo algunos de los factores que hay
que tener en cuenta para alcanzar el éxito, etiqueta. Sólo la mitad del
universo femenino en edad de trabajar participa del mercado laboral y de ellas,
un alto porcentaje está en la informalidad
Spoiler alert: la siguiente nota contiene detalles que
podrían arruinar el enorme placer de ver la serie, pero si está pensando en
lanzar un emprendimiento es mejor que la lea.
Steve Jobs, Bill
Gates, Elon Musk y otros tantos emprendedores son promocionados hasta el
hartazgo. Ellos nutren las fantasías de románticos cuyos sueños -en su gran
mayoría- terminan en pesadilla. Será por eso que los casos más célebres de
emprendedores que se salieron con la suya pertenecen a la ficción. El de la
popular serie Breaking Bad es uno de los
mejores ejemplos de cómo hacer las cosas para ser un entrepreneur exitoso.
Walter White era un
oscuro y sumiso profesor de química de secundario. Sus alumnos lo ignoraban,
salvo cuando le hacían alguna broma pesada. Su mujer -varios años menor que él-
estaba embarazada. Tenían un hijo con dificultades para hablar y para caminar.
Su concuñado era un agente de la DEA (la Administración para el Control de
Drogas de los Estados Unidos) que se entretenía humillándolo frente a su
familia.
Además, completaba
sus exiguos ingresos como cajero de un lavadero de autos. Allí se veía sometido
al maltrato del dueño, un ser soberbio y autoritario que lo obligaba a hacer el
trabajo duro cuando faltaba algún empleado. Su alumno más cargoso lo vio
mientras le sacaba brillo a un neumático y subió la foto a las redes. Tras una
descompostura consultó al médico que le diagnosticó un cáncer terminal de
pulmón. Sólo le quedaban unos pocos meses de vida.Mister White-cómo lo llamaban
sus estudiantes- había tocado fondo.
Un último agravio
de su empleador fue la gota que rebalsó el vaso y White, el manso maestro de
química, explotó. Sus andanzas son una extraordinaria lección para cualquiera
que quiera convertirse en un emprendedor y las claves del éxito se pueden
resumir en 11 factores.
1. Motivación
Salir de la rutina,
aunque sea agobiante, no es fácil. Con el tiempo de vida contado y sin ahorros,
Walter debía encontrar una manera rápida de hacer dinero para asegurar el
futuro de su familia. Esa fue la poderosa motivación que lo llevó a lanzarse a
la aventura de emprender.
2. Capacidad distintiva
White tenía dos
capacidades distintivas difíciles de igualar: conocimientos de química que
serían la envidia de más de un premio Nobel y una creatividad a prueba
cualquier contingencia. La pregunta era cómo aprovecharlas para juntar dinero
durante los contados días que le quedaban.
3. Oportunidad
Las crecientes
dificultades para la importación de cocaína y de otras drogas
"naturales" a los Estados Unidos abrieron nichos de mercado a los
productos sustitutos: las drogas sintéticas, con las metanfetaminas a la
cabeza. White sabía muy bien cómo producirlas y vio allí un oportunidad única.
4. Asumir los riesgos
Cualquier
emprendimiento es riesgoso. De hecho, según la revista Forbes, el 90% fracasa.
Además de la estadística, las amenazas adicionales que enfrenta la producción y
comercialización de drogas son bien conocidos. Eso no acobardó a este químico,
que analizó otras alternativas y decidió asumirlos consciente de las
consecuencias potenciales.
5. Estudio de campo
Tener un familiar
directo que es agente de la DEA y lanzarse a la producción de drogas es un acto
desesperado que bordea lo temerario. Sin embargo, lejos de acobardarse, Walter
encontró en la situación el medio para realizar un estudio de campo. Así,
consiguió asistir a una redada para interiorizarse sobre la dinámica del
negocio desde el llano.
6. Suerte
La suerte comenzó a
sonreírle muchas veces a Mr. White. Sin una dosis de fortuna, todas las demás
condiciones se hubieran diluido y ninguno de sus logros hubiera sido posible.
La primera vez fue cuando uno de los narcotraficantes que cayeron en la redada
logró escapar mientras él observaba desde la camioneta de la DEA. Era Jesse
Pinkman, un ex alumno, productor, distribuidor y consumidor de meth.
7. Distribución
White vio en Pinkman
a su socio ideal. "Tú conoces el negocio y yo, la química", le dijo a
su antiguo discípulo y, luego de ciertas negociaciones, decidieron emprender la
aventura juntos.
8. Creatividad y ubicación
Conociendo los
riesgos y las dificultades que tenía la producción, el primer desafío era
ubicar la "fábrica" en un lugar seguro. A diferencia de otros
emprendedores célebres, descartaron el garage de Jesse y optaron por una vieja
casa rodante que podía circular inadvertida por el desierto. En este rubro es
difícil encontrar angel investors para financiarse por lo que White tuvo que
invertir todos sus ahorros.
9. Ventaja competitiva
En un mercado con
tantos jugadores como en el negocio de las drogas, la calidad es la ventaja
competitiva que permite aumentar el margen de contribución. Mr. White se dio
cuenta de inmediato. Gracias a la diversidad de habilidades complementarias que
poseían, el equipo consiguió diseñar cristales de una calidad nunca vista en el
mercado. El químico comenzaba a posicionarse en el submundo de las drogas como
un auténtico artista.
10. Plan de negocios y escala
Al poco tiempo de
haber lanzado el emprendimiento, Walter se dio cuenta de que Jesse no generaba
el volumen de ventas que el plan de negocios requería. Para conseguir un cash
flowque les permitiera situarse por encima del punto de equilibrio, decidieron
hacer un joint venture con otras "empresas" del rubro establecidas.
Si bien no siempre las relaciones terminaron de manera amistosa, a largo plazo
la estrategia resultó todo un éxito.
11. La marca
Por último, pero no
menos importante que todo lo anterior, si lo que se busca es lograr
sustentabilidad, ningún negocio puede prescindir de una marca conocida y
respetada por la comunidad en la que se desenvuelve. En este caso, Heisenberg
-el apodo que adoptó Walter White- quedará para siempre en los anales de la
historia del tráfico de metanfetaminas. Una marca tan valiosa como cualquiera
de una gran corporación de las que cotizan en el índice Dow Jones.
Con todo, gracias a
estos once pasos, Heisenberg logró ser reconocido como el rey en el negocio del
imperio. Por eso, cualquiera que quiera triunfar en la aventura de emprender
debería considerar las etapas que Walter White tuvo en cuenta.
Los autores son profesores de la Escuela de
Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, Eugenio Marchiori y Andrés Hantun.
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