La premisa básica de esta metodología es que una startup no es una empresa constituída sino una organización temporal cuyo objetivo es encontrar un modelo de negocio viable y escalable mediante una serie de experimentos que sirven para aprender, y todo esto rodeado de una gran incertidumbre.
Esta metodología perfeccionada por Eric Ries y recogida en su libro The Lean Startup, nace de la nueva realidad y las nuevas necesidades de las nuevas empresas en los últimos años. No obstante su origen se viene forjando hace ya bastante años gracias a otras figuras como Steve Blank y su libro The Four Steps to the Epiphany en el que definía la metodología Customer Development, con ideas similares a las de Ries.
Ciclo de desarrollo vs ciclo de aprendizaje (construir-medir-aprender)
Como otras metodologías modernas Lean Startup se basa en un enfoque obsesivo en el cliente en vez de en el producto, de manera que se busca aprender de cada iteración de nuestro producto para poner a prueba nuestras hipótesis y poder de esta manera saber hacia dónde avanzar.
Para conseguir validar nuestro aprendizaje es fundamental actuar con rapidez y no esperar a tener un producto perfectamente acabado, mientras antes podamos testear nuestras hipótesis o creencias con clientes de verdad, antes sabremos si estamos acertando o conviene rectificar/modificar nuestra propuesta.
De esta manera nace el concepto de MVP, producto viable mínimo, que no es más que trabajar con una versión de nuestro producto con las características fundamentales y que funciona adecuadamente, con el objetivo de maximizar nuestro aprendizaje del negocio, producto y mercado.
Esto choca frontalmente con el funcionamiento clásico del ciclo de desarrollo de productos tradicional, en el que el orden correcto pasaba por todas las fases de creación del producto hasta finalizar su desarrollo para finalmente lanzar el producto y esperar que hubiéramos acertado en nuestros planteamientos.
La nueva forma de trabajar reduce este tremendo gasto ya que desde el primer minuto estamos trabajando con clientes de verdad obteniendo un conocimiento del negocio que de otra forma sería imposible.
Para esto cambiamos el clásico ciclo de desarrollo por el novedoso ciclo de aprendizaje, que se basa en 3 fases:
• Construir: desarrollamos nuestro MVP centrado en las hipótesis que queremos comprobar.
• Medir: establecemos una serie de métricas con las que valorar nuestro experimento.
• Aprender: gracias a las métricas obtenemos información con la que aprenderemos nuevos detalles de nuestro negocio para seguir mejorando.
Este ciclo debería ser sumamente dinámico e iterativo, es decir, para cada “hipótesis” que queremos comprobar debemos crear un nuevo MVP, o una modificación, y lanzarlo para seguir aprendiendo. Se trata de una filosofía basada en la experimentación con ciclos de desarrollo muy cortos. Nuestro MVPs nos sirven para comprobar desde nuestras hipótesis iniciales, problema y solución, y modelo de negocio (que para estos casos se utiliza el Business Model Canvas), hasta cada nueva característica que queremos introducir, e incluso pequeñas modificaciones en nuestras landing pages por ejemplo.
Perseverar o Pivotar tu modelo de negocio
Otro de los objetivos de nuestros experimentos es de saber cuándo mantener en la línea que llevamos o cuando modificar el modelo de negocio cambiando alguna de sus premisas básicas. Esta información la podremos obtener con el aprendizaje que obtenemos de nuestros MVPs pero la decisión última siempre será nuestra.
Con un grado de incertidumbre tan grande como en el que se mueve cualquier startup, es imprescindible ser muy flexible para saber adaptar nuestro negocio a las realidades del mercado, de nada sirve perseverar en nuestra magnífica idea de negocio sin no somos capaces de encontrar clientes que estén dispuestos a pagar. En cambio a lo largo de nuestros experimentos es posible que hayamos encontrado otros segmentos de clientes, otras utilidades a nuestro producto, otras oportunidades… que pueden reconducirnos hacia el éxito.
Es esencial incorporar la metodología Lean Startup a nuestro camino de la idea al negocio, para maximizar nuestras opciones de éxito y minizar el desperdicio de recursos en el que caeríamos si lanzáramos un producto con métodos tradicionales.
lunes, abril 29, 2013
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