Cuando uno sueña despierto, imagina situaciones ideales y atrás queda lo convencional, lo razonable, los límites; para ir en búsqueda de lo cautivante, lo maravilloso o prohibido. Es el momento en el cual todos somos campeones, reyes, princesas y triunfadores.
En los próximos meses celebraremos el bicentenario del nacimiento de Darwin y es el momento de atreverse a plantearnos algo revolucionario, diferente, desafiante. Sigamos el ejemplo de Daspu, una firma brasilera de ropa y accesorios formada por prostitutas de Río de Janeiro, que con audacia y espìritu irreverente se han convertido en un fenómeno de ventas, superando los estigmas y las marginaciones sociales y culturales.
Recuerdo la serie "El Hombre Biónico" y lo increíble que parecía sea tecnología hace años atrás. Sin embargo ya es una realidad y permitió al atleta sudafricano Oscar Pistorius soñara con correr en los Juegos Olímpicos de Pekín usando prótesis de fibra de carbono.
Me parece que el centro de la cuestión no está en poner en marcha un proyecto hasta que se haga una pyme (y no lo digo en sentido peyorativo), si bien todos empiezan pequeños, el verdadero desafío es ir más allá. La ejecución debe ser razonable, no la meta. Quien tenga ganas de modificar su realidad debe abandonar la cautela al imaginar y obrar, como dijo San Francisco de Asís, "empieza por hacer lo necesario, luego lo posible y de pronto te encontrarás haciendo lo imposible".
Nunca lo olvidemos, "somos el tamaño de nuestros sueños"....
PD: Créditos para Gerardo Fica Delgado
domingo, junio 07, 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)