lunes, junio 30, 2008

¿Qué busca un inversor al momento de invertir?

Esta es una de las preguntas más frecuentes realizadas por los emprendedores al momento de presentar su proyecto frente a un grupo de inversores. El sólo hecho de pensar en que deben de transmitir la idea completa del negocio, convencer que están parados sobre una oportunidad única y que ellos son el equipo humano adecuado para ponerla en marcha es uno de los desafíos con mayor carga de adrenalina que tiene un emprendedor y su equipo. Básicamente el contacto con un grupo inversor lo podemos dividir en tres etapas claves:

La primera es la impresión inicial que el inversor tenga con el proyecto, una presentación en power point de no más de 10 slides más un resumen ejecutivo que articulados deben ser capaces de despertar la curiosidad necesaria para conseguir ser escuchado en una primera entrevista.

La segunda etapa es la confección y entrega del plan de empresas, desarrollado presentando datos concretos de la posibilidad del negocio, necesidades de capital, plan de implementación, riesgos del proyecto y características del equipo fundador entre los puntos más relevantes. Todo ello escrito en un lenguaje formal, sencillo, directo y claro

La tercera etapa es la prestación y defensa propia del proyecto, que regularmente no dura más de 15 o 10 minutos y la entrevista posterior, de hasta 2 horas, en la cual tendrán lugar todas las preguntas a través de las cuales los inversores analizarán la solidez del equipo fundador, las características del negocio y su modelo de agregación de valor, entre los aspectos más salientes.

En todo este proceso cargado de adrenalina, incertidumbre y tensión los inversores buscan esencialmente varias cosas:

  • Una clara muestra de “orientación hacia el mercado y foco del negocio”
  • Evidencia concreta de aceptación por parte del consumidor del producto o servicio (hechos, no palabras)
  • Una posición propietaria dominante del proyecto establecida por patentes, derechos de autor, marca registrada, licencias, etc (la "fuente" de una ventaja competitiva sostenible)
  • Un período razonable para el recupero de la inversión
  • Entre un 25% y un 30% de tasa de retorno después de impuestos
  • La existencia de un valor monetizable, o sea una demanda dispuesta pagar por el producto o servicio más que su costo
  • Un mercado de tamaño razonable y con potencial de crecimiento o posibilidades concretas de escalabilidad con el proyecto
  • Consistencia en el Plan de Empresas y su modelo de negocios
  • Un equipo de emprendedores competentes con la capacidad necesaria para poner en marcha el proyecto

Sepan que los inversores financian equipos de trabajos que tienen un proyecto sólido y no al revés. En definitiva el emprendedor debe de asegurarse de hacer una buena presentación.....el dinero viene sólo. Como alguna vez me dijo Facundo Garreton (CEO y fundador de Invertir On Line) : "...el inversor busca el proyecto ideal para el emprendedor ideal..."

martes, junio 24, 2008

Emprendedor e "iluminado"

Thomas Alva Edison, el menor de cuatro hermanos, nació el 11 de febrero de 1847, en Milán, una pequeña población de Ohio en la que se había establecido su padre, Samuel Edison, seis años antes. Su padre tuvo que abandonar precipitadamente Canadá a consecuencia de una rebelión contra los ingleses en la que tomó parte y que terminó en fracaso. Marginada por el ferrocarril, la actividad en Milán fue disminuyendo poco a poco, y la crisis afectó a la familia Edison, que tuvo que emigrar de nuevo a un lugar más próspero cuando su hijo Thomas ya había cumplido la edad de siete años.

El nuevo lugar de residencia fue Port Huron, en Michigan, donde el futuro inventor asistió por primera vez a la escuela. Fue ésa una experiencia muy breve: duró sólo tres meses, al cabo de los cuales fue expulsado de las aulas, alegando su maestro la falta absoluta de interés y una torpeza más que manifiesta, comportamientos éstos a los que no era ajena una sordera parcial que contrajo como secuela de un ataque de escarlatina. Su madre, Nancy Elliot, que había ejercido como maestra antes de casarse, asumió en lo sucesivo la educación del joven benjamín de la familia, tarea que desempeñó con no poco talento, ya que consiguió inspirar en él aquella curiosidad sin límites que sería la característica más destacable de su carrera a lo largo de toda su vida.

Cumplidos los diez años, el pequeño Thomas instaló su primer laboratorio en los sótanos de la casa de sus padres y aprendió él solo los rudimentos de la química y la electricidad. Pero a los 12 años, Edison se percató además de que podía explotar no sólo su capacidad creadora, sino también su agudo sentido práctico. Así que, sin olvidar su pasión por los experimentos, consideró que estaba en su mano ganar dinero contante y sonante materializando alguna de sus buenas ocurrencias.

Su primera iniciativa empresarial fue vender periódicos y chucherías en el tren que hacía el trayecto de Port Huron a Detroit. Había estallado la Guerra de Secesión y los viajeros estaban ávidos de noticias. Edison convenció a los telegrafistas de la línea férrea para que expusieran en los tablones de anuncios de las estaciones breves titulares sobre el desarrollo de la contienda, sin olvidar añadir al pie que los detalles completos aparecían en los periódicos; esos periódicos los vendía el propio Edison en el tren y no hay que decir que se los quitaban de las manos. Al mismo tiempo, compraba sin cesar revistas científicas, libros y aparatos, y llegó a convertir el vagón de equipajes del convoy en un nuevo laboratorio. Aprendió a telegrafiar y, tras conseguir a bajo precio y de segunda mano una prensa de imprimir, comenzó a publicar un periódico por su cuenta, el Weekly Herald. Una noche, mientras se encontraba trabajando en sus experimentos, un poco de fósforo derramado provocó un incendio en el vagón. El conductor del tren y el revisor consiguieron apagar el fuego y seguidamente arrojaron por las ventanas los útiles de imprimir, las botellas y los mil cacharros que abarrotaban el furgón. Todo el laboratorio y hasta el propio inventor fueron a parar a la vía y así finalizó su primer negocio.

El joven Edison tenía sólo 17 años cuando decidió abandonar el hogar de sus padres. La población en que vivía le resultaba ya demasiado pequeña. No faltándole iniciativa, se lanzó a la búsqueda de nuevos horizontes. Por suerte, dominaba a la perfección el oficio de telegrafista, y la guerra civil había dejado muchas plazas vacantes, por lo que, fuese donde fuese, le sería fácil encontrar trabajo.
Durante los siguientes cinco años Edison llevó una vida errante, de pueblo en pueblo, con empleos ocasionales. Su siguiente trabajo fue en Boston, como telegrafista en el turno de noche. Llegó allí en 1868, y poco después de cumplir veintiún años pudo hacerse con la obra del científico británico Michael Faraday Experimental Researches in Electricity, cuya lectura le influyó muy positivamente. Ahora, Faraday le proporcionaba el método para canalizar todo su genio inventivo. Se hizo más ordenado y disciplinado, y desde entonces adquirió la costumbre de llevar encima un cuaderno de notas, siempre a punto para apuntar cualquier idea o hecho que reclamara su atención.

Convencido de que su meta profesional era la invención, Edison abandonó el puesto de trabajo que ocupaba y decidió hacerse inventor autónomo, registrando su primera patente en 1868. Se trataba de un contador eléctrico de votos que ofreció al Congreso, pero los miembros de la cámara calificaron el aparato de superfluo. Jamás olvidó el inventor estadounidense esta lección: un invento, por encima de todo, debía ser necesario. Pero como no le interesaban los empleos sedentarios, aprovechó la primera ocasión que se le presentó para trabajar de nuevo por su cuenta. Muy pronto recibió un encargo de la Western Union, la más importante compañía telegráfica de entonces. Se le instaba a construir una impresora efectiva de la cotización de valores en bolsa. Su respuesta a este reto fue su primer gran invento: el Edison Universal Stock Printer. Le ofrecieron por el aparato 40.000 dólares (650.000 a dólares de hoy), cantidad que le permitió por fin sentar la cabeza.

Bien pronto se planteó Edison la construcción de un verdadero centro de investigación, una «fábrica de inventos», como él lo llamó, con laboratorio, biblioteca, talleres y viviendas para él y sus colaboradores, con el fin de realizar no importaba qué investigaciones, mientras fuesen prácticas, ya fueran por encargo o por puro interés personal. Los recursos económicos no le faltaban y las proporciones de sus proyectos se lo exigían. Buscó un lugar tranquilo en las afueras de Nueva York hasta que encontró una granja deshabitada en el pueblecito de Menlo Park. Fue el lugar elegido para construir su nuevo cuartel general, el primer laboratorio de investigaciones del mundo, de donde habrían de salir inventos que cambiarían las costumbres de buena parte de los habitantes del planeta. Se instaló allí en 1876 (tenía entonces veintiocho años), e inmediatamente se puso a trabajar. La búsqueda de un transmisor telefónico satisfactorio reclamó su atención. El inventado por Alexander G. Bell, aunque teóricamente bien concebido, generaba una corriente tan débil que no servía para aplicaciones generales. Sabía que las partículas de grafito, según se mantuvieran más o menos apretadas, influían sobre la resistencia eléctrica, y aplicó esta propiedad para crear un dispositivo que amplificaba considerablemente los sonidos más débiles: el micrófono de gránulos de carbón, que patentó en 1876

Antes que Edison, muchos otros investigadores trabajaron en esta dirección, pero cuando él se incorporó lo hizo sin regatear esfuerzo alguno. Trabajó con filamentos de las más distintas especies: platino, que desestimó por caro, carbón, hollín y otros materiales, e incluso envió a sus colaboradores al Japón, a América del Sur y a Sumatra para reunir distintas variedades de fibras vegetales antes de escoger el material que juzgó más conveniente. La primera de sus lámparas estuvo lista el 21 de octubre de 1879. Se trataba de una bombilla de filamento de bambú carbonizado, que superó las cuarenta horas de funcionamiento ininterrumpido. La noticia del hecho hizo caer en picado las acciones de las compañías de alumbrado de gas. Seguro del éxito que traería consigo la lamparita la vende a 40 centavos a pesar de que le costaba 1 dólar para poder generar volumen de ventas. Promociona la generación y distribución eléctrica. Es pionero en el mundo (USA y gran parte de Europa). Crea mas 50 plantas generadoras y tiende miles de kilómetros de tendido eléctrico en todo EE UU. Funda General Electric entre otras 11 empresas. Para producir y comercializar “inventos” que fueran útiles para su red de corriente eléctrica: los primeros electrodomésticos

En los años veinte, sus conciudadanos le señalaron en las encuestas como el hombre más grande de Estados Unidos. Incluso el Congreso se ocupó de su fama, calculándose que Edison había añadido un promedio de treinta millones de dólares al año a la riqueza nacional por un periodo de medio siglo. En 1927 fue nombrado miembro de la National Academy of Sciences y al año siguiente el presidente Coolidge le hizo entrega de una medalla de oro que para él había hecho grabar el Congreso. Fallece a la edad de 83 años.

Estas son algunas de sus frases más célebres:

“El genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de sudor.”

“Que algo no funcione como tú esperabas no quiere decir que sea inútil.”

“Yo no hice nada por accidente, ni tampoco fueron así mis invenciones; ellas vinieron por el trabajo.”

“Lo que no se venda no quiero inventarlo.”

“Lo que el espíritu del hombre puede concebir, su voluntad debe controlarlo.”



PD: Créditos para "Pepe" Bini

domingo, junio 08, 2008

Un libro más que recomendado

¿Estamos asistiendo al fin de la cultura de masas?¿Vamos hacia una sociedad donde la publicidad ya o dicta la demanda?¿Donde triunfa la diversidad?¿Ahora menos será más y no al revés?

Como todos saben internet nos cambió la vida, en algunos casos literalmente hablando.
Con su llegada, la economía ya nunca será la misma y de su mano un nuevo fenómeno invade los mercados, las industrias y las sociedades.
Se trata de la Long Tail, término acuñado por el autor de este libro y que ya está resonando en los medios de todo el mundo.

El concepto de Long Tail es la tendencia por la cual, gracias a la tecnología, el mercado de masas se convierte en un mercado de nichos y donde por primera vez en nuestra sociedad de consumo, la venta de pequeñas cantidades de un producto puede volverse altamente rentable. Hoy, no sólo está al alcance de cualquiera editar un libro o grabar un disco. Gracias a internet también podemos distribuirlo, aunque nuestro público sea mínimo y la suma de todas esas pequeñas ventas no sólo iguala sino que supera a la de los grandes best sellers.
Es un momento en el cual estamos apartándonos del concepto de mercado masivo para volver a ser una nación de nichos, definida por nuestra geografía sino por nuestros intereses.

Para Chris Anderson (el autor del libro y editor jefe de la revista Wired), en los próximos años dominará el mercado quien acapare las ventas minoristas, esa larga cola que se extiende detrás de los grandes éxitos, casi hasta el infinito, y que convierte la oferta en un mosaico de minimercados y nichos estrellas.
Este es un libro de rabiosa actualidad, imprescindible para conocer y prepararse para un futuro que ya está entre nosotros, sobre todo si mi negocio se relaciona con el entorno de internet. Me parece que es una obra para leerla de punta a punta y tomar nota de algunas reflexiones que van más allá de las que se mencionan en la pag.74 o de las recomendaciones de su capítulo 14.

Como cada libro que recomiendo en el blog este es una de esas “joyitas” para devorárselas casi sin tomar aliento y que los va a dejar pensando, seguramente tanto o más que a mi.Para ubicarlo les dejo el ISBN: 978-84-934642-6-4, pero no se confíen en que lo van a encontrar en cualquier lado.

Cuando lo terminen de leer, no duden en dejar sus comentarios, para los más ansiosos les dejo el sitio que dio origen al libro y a esta teoría: Long Tail

Para los que no pueden aguantar másvean a su autor en este video



PD: Ah!!! Las notas sobre las fuentes y otras lecturas también están buenas…..

lunes, junio 02, 2008

Para los profesores....

Presten atención!!!!!
Así se llama este video dedicado a mis colegas los profesores que habla sobre las tecnologías web2.0, la manera en la cual nuestros alumnos aprenden hoy y lo que esto nos debería hacer pensar para adaptar nuestras clases.

Son 8 minutos que sirven para reflexionar sobre las nuevas formas de enseñar el uso de la información y la aplicación de la tecnología en el aula.



No sé Ustedes pero yo, sin lugar a dudas, pienso modificar mis clases del próximo semestre.

PD: Créditos para Ed/CIEE